La madera, por el hecho de ser materia orgánica, es susceptible del ataque de seres vivos, que provocan su degradación. Este hecho hace que la imagen más generalizada de la madera sea la de ser un material muy poco durable, pero esa opinión es sólo verdad en parte ya que la madera es un material insensible al oxígeno del aire que oxida los metales, y muy poco sensible a la luz que degrada los plásticos.

Patologías de la maderaEs decir, la madera es prácticamente inalterable por los agentes físicos del medio ambiente.

Con respecto a los agentes bióticos (hongos e insectos xilófagos), en condiciones óptimas para ellos, pueden degradar totalmente la madera, existen soluciones que Portón Clásico aplica a todas sus puertas que permiten evitar estos ataques, que unido a las características de la madera de roble hacen sus puertas muy durables.

Quizás no valore, los cientos de años que se han mantenido las estructuras de muchas catedrales, por el simple hecho de haber tenido un pequeño mantenimiento a lo largo del tiempo que ha impedido su humedecimiento, como es el caso de la Catedral de Santa María de Vitoria . De la misma forma, las tallas de madera de Veit Stoss ,con cinco siglos de antigüedad, se han mantenido hasta nuestros días de forma intacta.

Es verdad que la madera se degrada, pero se debe examinar en que condiciones lo hace, hoy en día existen tratamiento intensivos para intentar que no se produzca y es inevitable realizar pequeños mantenimientos para que la madera dure cientos de años.

Para saber a lo que nos enfrentamos primero hay que conocerlo, los agentes bióticos destructores de madera se clasifican en dos grandes grupos: (hongos e insectos).

Patologías de la maderaHongos: Se han especializado en alimentarse de materia orgánica de los árboles muertos, es decir madera, existen dos clases:

  • Hongos cromógenos: Se alimentan del contenido de las células de la madera, causando una coloración azulada, por lo general no afecta a la resistencia dado que no altera la pared celular, responsable de la resistencia de ésta. El hecho de estar azulada la madera, es signo de que la madera ha estado o está expuesta a condiciones favorables para el desarrollo de hongos.
  • Hongos de pudrición: Se alimentan de la pared celular, comprometiendo seriamente su resistencia. La madera se rompe en cubos o en fibras dependiendo si se alimentan de la celulosa o de la lignina respectivamente.

Para que unos u otros puedan vivir a expensas de la madera, se necesita que se produzcan unas condiciones, que en esencia son las siguientes:

  • Humedad interna de la madera: Por debajo del 20% el hongo no puede desarrollarse, alrededor del 60% encontraría las condiciones óptimas y por encima de 140% no existe el suficiente oxígeno para que pueda vivir.
  • Temperatura: Se desarrollan entre 3 y 50 grados, encontrando el óptimo alrededor de 37 grados.

Insectos xilófagos: Dentro de España existen los siguientes insectos que se alimentan de madera muerta:

  • Lictidos (Polillas): las larvas de polillas se alimentan del almidón contenido en la pared celular, para lo cual practican galerías de alrededor 1mm de diámetro, destruyendo la madera,  y dejando tras de sí, un serrín muy fino. Cuando la larva se hace adulta, sale de la madera para aparearse, después la hembra podrá los huevos de los que saldrá la larva de nuevo. El ciclo se repite cada año. No producen daños, dado que las galerías son muy pequeñas y la pérdida de madera es prácticamente nula.
  • Anóbidos (Carcoma fina): son insectos con un ciclo muy parecido a los anteriores, diferenciándose en se alimentan de la celulosa, practica galerías de unos 2 mm de diámetro dejando tras de sí un serrín menos fino. No producen grandes daños, pero hay que tenerlos en cuenta.
  • Cerambícidos (Carcoma gruesa): La forma de actuar es la misma, la larva se alimenta de la celulosa, pero deja orificios de unos 6mm de diámetro taponados con un serrín muy basto. Los daños en la madera pueden llegar a ser importantes si no se trata a tiempo.
  • Termitas: son los insectos que pueden causar mayores daños a la madera, al contrario que los anteriores, el ataque lo produce los insectos adultos de la casta obreras. Son insectos sociables, agrupándose en colonias de miles de individuos, la reina pone huevos, que se convierten en ninfas, que pueden convertirse en obreros, soldados o alados. Estos insectos no viven en la madera, sino en termiteros situados en el interior del suelo, por la noches salen del termitero para dirigirse a la zona donde existe madera para alimentarse.

Para ello construyen galerías por el interior del suelo, sin salir nunca al exterior, son capaces de introducirse en edificios, taladrando incluso el hormigón, una vez alcanzada la madera se alimentan de la celulosa, dejando las galerías libre de serrín, al contrario que los anteriores, las termitas nunca dejan huellas de sus ataques, sus ataques causan alarma poniendo en peligro de forma simultánea barrios enteros.

Más info sobre las termitas en http://www.expertoentermitas.org/

Conociendo a estos fascinantes  “bichitos”, y lo que pueden llegar a hacer, es imprescindible que todo trabajo que se realice con madera tenga un tratamiento adecuado contra ellos, incluso en interior.

Recomendaciones: Tratamiento hidrófugo, para mantener el grado de humedad interna de la madera debajo del 20% evitando hongos que pudran la madera y un tratamiento específico contra insectos xilófagos, cada cierto tiempo realizar inspección ocular y un mantenimiento con algún producto específico.

Aparte de los agentes bióticos  (hongos e insectos xilófagos) existen agentes abióticos como la luz del sol que pueden degradar la madera.

Degradación por la luz solar: Los primeros efectos de la luz se hacen patentes entre el primer año y los siete años, según el grado de exposición en que se encuentre la madera, cambiando de color, de forma que se oscurece si la madera es clara y se aclara si la madera es oscura. Al cabo de 100 años de exposición la degradación sólo afecta a los primeros milímetros de la madera ya que la celulosa destruida sirve de protección al resto y afecta más a la albura que a el duramen. Este proceso realza la veta y es imitado por muchos carpinteros mediante la aplicación de técnicas de envejecimiento.

La degradación por la luz es más rápida si se combina con el agua, debido a que ésta arrastra la celulosa descompuesta de la superficie y deja sin protección al resto.

Recomendaciones: Evitar en la medida de lo posible el contacto directo con el sol, orientaciones hacia el norte son mucho más favorables que las orientaciones hacia el sur. Proteger la madera de la lluvia y evitar las salpicaduras de tejados, por ejemplo, instalando un canalón.