En un clima oceánico templado húmedo, como el gallego, donde mes a mes se mantiene un ritmo constante de precipitaciones y humedad relativa por encima del 80%, se sitúa este portón de entrada a un pazo típico, compuesto por dos hojas y un postigo. Fabricado en madera de roble; material básico en la industria naval, resistente a la humedad y a la inmersión permanente. No se ha podido emplear mejor materia prima.

En la fabricación tuvimos en cuenta el lugar donde se iba a situar, dando holguras generosas. Aunque el portón de madera de roble iba a estar protegido, la humedad relativa y el rocío constante de la mañana iban a modificar el grado interno de humedad de la madera.

Junto a maestros canteros gallegos instalamos todas las puertas. Jamás había visto tan de cerca, la habilidad de dar forma a la piedra, situaciones en las que hubiera utilizado una radial con disco de diamante, ellos lo solucionaban con dos golpes de cincel y martillo.

Granito, hierro, madera noble y “mucho arte”, constituyen la gran esencia de este magnífico pazo.