Antes de hacer nada conviene observar detenidamente las posibilidades que hay a la hora de construir el porche.

Una de las condiciones es la altura de la fachada, es decir, si la casa se distribuye en una planta baja habrá que buscar una pared que permita desarrollar una pendiente de cubierta óptima y que termine en un alero con altura suficiente para que no obstaculice la entrada de sol en invierno.

Otro problema puede estar en una fachada con balcones en la primera planta, pues quedaría muy poco espacio para la construcción de un tejado inclinado, lo que sólo podría resolverse con una cubierta plana o un tipo de protección con pendiente mínima, como las chapas metálicas.

Elegir la mejor orientación es un factor importante a tener en cuenta, el porche, además de ampliar la superficie de uso de la vivienda, se proyecta para que sea sombreado en verano, sin obstaculizar la trayectoria del sol durante los meses en que éste tiene una inclinación más cerrada. De hecho, es importante establecer la altura óptima de alero y la profundidad apropiada para la cubierta de forma que el sol siga entrando en el interior. Desde Portón Clásico recomendamos orientaciones hacia el sur.

¿Qué material utilizar para la construcción de los pilares?

– Optar por la madera: Se han de emplear maderas macizas estructurales, de sección generalmente cuadrada, nuevas o antiguas o de madera laminada.

El empleo de madera antigua en los pilares de un porche rústico, previo reconocimiento de su resistencia a las cargas estructurales, no solo será interesante para integrar la estructura del mismo en una vivienda de carácter rústico, sino que la madera tiene ventajas frente a los posibles alabeos y agrietamientos de la madera nueva.

Con la madera laminada, bien fabricada, permite obtener un producto de apariencia perfecta y gran resistencia y estabilidad. Empleada en pilares y viguería se puede reducir la sección y la distancia entre puntos de apoyo.

– El encanto de la piedra: Los pilares de piedra son un sistema estructural sólido y robusto. Pueden construirse con mampuestos irregulares o piezas regulares como sillarejos o sillares. Para ello se usan calizas, granitos, areniscas, pizarras, etc. Una opción es combinar los pilares con arcos de medio punto, rebajado a carpanel, según la tradición local y el clima. Cuanto más cerrados sean los arcos mayor protección ofrecerán. Se puede optar por columnas de piedra de corte clásico, pueden comprarse en almacenes de derribo, verificando su resistencia estructural o encargarlas en un taller de cantería.

– Con soportes metálicos: Esta alternativa es perfecta cuando lo que se requiere es que la estructura sea de apariencia liviana. Los pilares metálicos no restan protagonismo a la fachada y crean un contraste moderno pero respetuoso con las construcciones tradicionales.

Los materiales más utilizados son el acero y el aluminio. En el primer caso, destacan los perfiles de acero, apropiados para soportar todo tipo de cargas y los perfiles estructurales, de formatos cuadrados, rectangulares o circulares. Los perfiles de aluminio ofrecen mayor delgadez, una gran resistencia a la humedad y no necesitan mantenimiento.

– Pilares de obra: Estos pilares dan mucho juego a lo hora de pensar en los acabados y armonizar con casi todos los estilos. Si se trata de una construcción rústica se terminaran con un revoque de cemento de acabado liso, rugoso o bolseado.

Otra opción es dejar el ladrillo visto, si eliges un ladrillo de tejar con junta enrasada tendrás un acabado rústico, y si empleas un ladrillo de máquina, armonizará con superficies regulares.

Para la construcción de la cubierta, el material rústico por excelencia es la madera.

Puede apoyarse sobre pilares también de madera, ladrillo o piedra, empleándose para su construcción maderas de escuadrías regulares o rollizos. Esta última opción es ideal para utilizar en un porche muy rustico, a la manera de las antiguas cuadras semicubiertas. Sobre estas viguetas se pueden colocar distintos materiales: Tablas machihembradas o a hueso, tableros aglomerados de fibras de madera o de viruta, rasillones cerámicos de acabado liso para dejar vistos u optar por un revestimiento de cañizo o bambú.

Es muy recomendable colocar una impermeabilización, por ejemplo, láminas bituminosas, planchas onduladas asfálticas o láminas transpirables de polipropileno y polietireno.