-Respeta la topografía, el proyecto tiene que amoldarse al terreno aprovechando los desniveles, formaciones rocosas, cauces de agua y vegetación

-Crea proyectos escalonados que den juego volumétrico en terrenos con desniveles acusados. Así conseguirás una silueta respetuosa con el entorno y una mayor riqueza espacial.

-Aprovecha los desniveles, podrás crear espacios aterrazados a los que abran distintos ambientes, lo que se traduce en economía de medios, sostenibilidad y racionalización del espacio exterior

-No alteres el entorno, visita casas vecinas para conocer las tipologías dominantes y fija tu atención en los usos constructivos más arraigados en el lugar

-Ten en cuenta el clima, el estudio de las orientaciones, vientos, lluvias, horas de sol al año o temperaturas medias, ayudan a diseñar la casa energéticamente óptima.

-Busca las vistas, a la hora de abrir nuevos huecos, para saber exactamente donde conviene colocar una ventana que permita disfrutar del paisaje.

-La mejor orientación: sur. Una casa que mira al sur, sudeste o este tendrá ambientes soleados todo el año, sitúa en estas fachadas las zonas de día.

-Sácale partido a la refrigeración natural, si puedes, sitúa la casa en un eje este-oeste, con las fachadas más largas en el sentido norte y sur. Proyecta ventanas en las dos fachadas para obtener ventilaciones cruzadas.

-No busques la perfección, el tipo de materiales con los que se construía antaño los muros, hacían que las superficies verticales no tuvieran una geometría perfecta.

-Persigue el rústico en estado bruto, es fruto de la tradición y del esfuerzo de construir sin medios mecánicos. Piedra, madera y barro.

-Devuelve el esplendor a la fachada, si es de piedra, límpiala con métodos pocos agresivos. Con el revoco, estudia si mantenerlo o rehacerlo.

-Diseña un jardín adaptado al medio, emplea plantas autóctonas y realiza pavimentaciones poco o nada macizas: empedrados, losas, adoquines de piedra sobre cama de arena…

-Al abrir nuevas aberturas mantén la proporción de partes ciegas y abiertas.

-La luz natural, un lujo. Aprovecha los huecos de los pajares para crear un gran paño de vidrio. Los portones de entrada se pueden acompañar de una puerta vidriera que permita la entrada de luz durante el día.

-Coloca el antepecho de la ventana a 50cm del suelo, así podrás ver el exterior incluso sentado. Para conseguir más luz, pon por encima del dintel un montante con vidrio en forma de arco.

-Distribuye los ventanucos en zonas estratégicas, en las zonas altas de los muros, en la pared por la que discurre la escalera. Serán entradas de luz y puntos de ventilación

-Abre puertas vidrieras en el estar, el comedor y la cocina, hacen que parezcan más grandes y que ganen en perspectivas y en calidad espacial.

-Instala un portón de madera, siempre con tratamiento para exteriores.

-Si conservas el portón original y está pintado, realiza una restauración utilizando el chorro de arena y conservando los herrajes antiguos.

-Realza la entrada con vanos adintelados o en forma de arco. Los más buscados: los arcos de medio punto, rebajado, escarzano o carpanel.

-Los vanos ganan protagonismo si están pintados, acábalos en tonos intensos como el añil, el rojo, el gris azulado u ocre. También pueden enmarcarse con un cerco en relieve construido con mortero de cemento.

-Cuida el color del llagueado y la tonalidad de la piedra.

–Mantén una apariencia estructural rústica, lo único que necesitas es componerla como una pared de doble hoja, siendo la exterior de piedra y de al menos 15-20 cm de espesor.

-Utiliza revoco de cal y arena, se hace con un mortero de cal grasa en pasta, arena de sílice o mármol blanco molido y agua de amasado limpia. Se comporta muy bien sobre piedra, tapia o adobe.

-Para colorear, recurre a pigmentos naturales e inorgánicos. Los más apropiados son los pigmentos inorgánicos, como las tierras u óxidos minerales, pues soportan mejor las agresiones externas.

-Que el revoque sea intencionadamente imperfecto, así lograrás las irregularidades típicas de una casa rústica. Para que la apariencia sea mate extiéndelos con trapos.

-Para elegir el color, observa el paisaje. Trabaja con sus colores, zócalos, recercados de puertas y ventanas, cornisas, encintados, paredes de fondo de soportales y porches.

-Las tejas viejas, las mejores. También en construcciones nuevas, pues se mimetizan con el entorno. Si tienes que reconstruir la cubierta, trata de conservar todas las que estén en buen estado.

– El detalle rústico de la cubierta lo da la chimenea, se hace de piedras, de ladrillo visto, o revocada, y lo que más la identifica en cada región es la forma con la que se protege la salida de humos del viento y de la lluvia.

-Los aleros son característicos, en zonas de lluviosas, son de grandes dimensiones, suelen ser de madera y pueden estar decorados. En las secas, son contenidos y macizados.

-Siempre que puedas, incorpora un balcón de madera. Si lo haces sobre la puerta de entrada te servirá de protección y revalorizarás el acceso.

-La madera, un elemento muy rústico. Empléala para ventanas, puertas, balconeras, grandes ventanales, galerías… Es el material más adecuado para convivir con la piedra, el ladrillo, los revocos de cal y las estructuras de madera.

-Cuida el diseño de las rejas, el sistema más elemental y popular es el de empotrar los barrotes directamente en el muro de la fachada.

-Antes de rehabilitar hay que fortalecer, consolidar muros, drenar zonas húmedas, realizar el seguimiento mediante testigos del estado de grietas y fisuras, derribar muros ruinosos, forjados inservibles y cubiertas hundidas, resulta imprescindible.

-Para incorporar aislamiento térmico en las paredes, se puede construir un tabique interior con cámara. Para un forjado nuevo, se pueden aprovechar los merchinales existentes, sin incorporar una carga mayor a la retirada.

-Emplea materiales de poro abierto que sintonicen con los valores tradicionales de la construcción rural. Reviste el suelo con baldosas artesanales de barro, empedrados tradicionales o madera.

-La chimenea es imprescindible, la de hogar abierto desperdicia gran cantidad de calor, por eso empléala en combinación de recuperadores de calor o un casete encastrable.

-Ten presente las energías alternativas.

-Pon un portón con tejadillo. Si tu casa tiene uno debes conservarlo, consolidando zonas desprendidas y realizar un pequeño mantenimiento. Si lo haces nuevo emplea tejas viejas y maderas nobles.